27/10/1927
Antes yo era un humilde trabajador, recuerdo el olor del campo, las familias desayunando leche recién ordeñada y mantequilla casera, y el duro trabajo recompensado por los frutos otorgados por el campo, e incluso el sonido de los niños riendo y jugando junto al rio.
Ahora mi pueblecillo a desaparecido entre las llamas, el olor del ambiente es de muerte, y los pocos que quedan han cambiado los manjares de la naturaleza por el rezo para poder roer un mendrugo de pan duro. En cuanto a los niños… sus juegos han sido cambiados, ¡POR ARMAS!, y obligados a luchar entre ellos por ideales que sus infantes mentes no alcanzan aun a entender, y mi familia, la familia que deje cuanto me llevaros forzosamente al frente, solo un cadáver, mi hijo, entre mis manos, las manos que lo han matado…
Todos los aquí presentes, campesinos y ganaderos, hombres y adolescentes, obligados a luchar forzados para defender, y masacrar pueblos indefensos, con una única forma de lograr nuestra libertad, la muerte, un alto precio… Este es el tercer pueblo que desaparece esta semana en nuestras manos, y ya muchos hemos abierto los ojos, en retaguardia solo una pequeña tropa bastante inferior en número oprimiéndonos, al verlos aparecer, solo un deseo en mi, venganza, y mis manos apretaron el gatillo hacia ellos, a lo que bajo mi sorpresa todos mis compañeros, más que eso, ¡amigos!, me siguieron…
Tras esto escuchamos voces del resto de las tropas acercarse y desaparecimos por el bosque como fantasmas en la noche.
29/10/1927
Ayer, al amanecer, unos pocos volvimos a las cenizas del poblado mientras el resto sanaba sus heridas en una cueva cercana, nuestro refugio, y encontramos los soldados con los que pagamos nuestra vendetta personal, los desnudamos y nos llevamos sus trajes junto a sus credenciales. Volvimos entonces a nuestra guarida, el plan, entrar en el cuartel del presidente, una misión un tanto suicida, pero, ¿Que nos importaba? Ahora no teníamos nada, éramos fantasmas en vida, irónicamente, la misma vida por la que tan solo unos días antes asesinábamos…
Ese plan suicida ha resultado un éxito, nos hemos infiltrado un pequeño grupo y hemos abierto las puertas al resto, de los pocos que quedamos moriremos enseguida, hay un ejército armado esperando nuestra rendición, pero no lo conseguirán. Moriremos en cuerpo, pero nuestros ideales seguirán en pie siempre que al menos 1 persona piense en ellos. Y no en vano, espero que la noticia, de que un grupo de solo 20 campesinos, hayan entrado en esta sala, y hayan metido una bala entre las cejas de este infame presidente, le4vante a un país entero.
Y a ti, espero que mis cartas te hagan no quedar impasible ante las injusticias de la sociedad, a pesar del cariño a la rutina y a la comodidad cotidiana.
Fdo. Un campesino cualquiera
martes, 2 de marzo de 2010
lunes, 1 de marzo de 2010
El Zulo
El joven llego a aquel piso en el centro andando, miro aquella fachada con antiquísimas plantas que sus cuidadores se habían olvidado de cuidar por lo que estaban secas y marrones, y entro al viejo. Comenzó a subir aquellas escaleras estrechas y rotas por el desgaste de generaciones y generaciones de inquilinos que por aquel edificio habían pasado y vivido. Al llegar al rellano del segundo saco de su bolsillo una llave oscura debido a su antigüedad y abrió aquella puerta de madera carcomida con el numero en letras doradas y brillantes, como era normal estaba vacía ya que su novia estaba fuera. Debido al cansancio arrastro sus pies por la penumbra del pasillo como un autómata que seguía su camino sin pensar hasta llegar a aquella cama de matrimonio que parecía tener siglos, con aquella tela requemada de los cigarros que la novia dejaba caer cuando discutían y manchada por las botellas que el joven había derramado debido a su necesidad de beber cuando discutían. Cuando se tumbo se quedo dormido al instante debido al cansancio y al sobrecarga miento del ambiente de polvo y olor que desprendía la antigüedad del edificio. De repente a media noche se levanto completamente a oscuras salvo un haz de luna que iluminaba el pasillo y se dirigió al baño, allí estaba todo lleno de mugre y telarañas, el joven micciono y regreso a la habitación, pero cuando se dirigía atravesando el corredor diviso una figura negra a la luz de la luna se acercaba a él y le propinaba un golpe, de repente el joven agarro a la misteriosa figura y arranco parte de su ropa, y en pleno forcejeo sintió un punzante dolor en su cuello y cayó al suelo de la estancia desvanecido.Cuando despertó sentía como unas ataduras oprimían sus manos y como una venda húmeda por el sudor que su cuerpo desprendía cubría sus ojos mientras el ruido de una lámpara en mal estado se escuchaba cortando el silencio que se notaba en aquella estancia, de repente sintió un golpe en el rostro, lo cual se repitió en numeradas ocasiones semi retirando la venda por el movimiento y dejándole ver un ápice de luz, cuando los golpes cesaron el hombre comenzó a tomar respiro inhalando una oleada de humo de tabaco, conocía es olor profundamente ya que su novia solia fumar en cada discusión que tenían y pese a que el no fumaba reconocia el olor del tabaco. Inhaló aquel aroma que le recordó a su novia pensando que sería el último recuerdo suyo que le quedaría. De repente solo un disparo y noto un abrasador dolor que atravesaba su abdomen. Con todo el dolor consiguió retirarse la venda. De repente se vio encerrado entre aquellas paredes de frio ladillo con solo algunos restos difuminados de pintura bañados por la luz de una luz centelleante de una lámpara semi fundida ,que rompía el silencio y que parecía no aguantar más aquella habitación sellada por una única puerta de metal y llena de humo, el joven divisaba mientras escupía sangre debido a la herida en su abdomen hecha por una bala que le quemaba en su interior, con sus ropas rasgadas y con los músculos de su rostros magullados y rasgados con heridas debido a la brutal paliza que le había propinado tras drogarle y secuestrarle. Divisaba aquella habitación vacía y entre el humo de un cigarro que había en un cenicero lleno de colillas manchadas de saliva y maquillaje sobre la mesa diviso una figura femenina, iba vestida con un vaquero y una camisa negra desgarrada por el forcejeo con motas de sangre que probablemente serian suyas, no distinguía su rostro pero veía si melena negra que brillaba onduladamente sobre la espalda de la mujer, estaba mirando una carta de un color marrón de la suciedad y el polvo de la sala con letras rojas, de repente escucho un ruido proveniente de su espalda y al mirar diviso un hombre alto y fuerte con los nudillos manchados de sangre y magullados de los golpes que le había propinado, llevaba una camisa blanca ajustada que dejaba ver sus pronunciados musculos con grandes manchas de sangre y junto a él, en el suelo, se encontraba un arma de fuego de un color brillante que reflejaba el rostro de su secuestrador y entonces distinguió su rostro, su pelo enmarañado y sus ojos oscuros y profundos, no le cabía ninguna duda, era su amigo y entonces lo entendió todo, volvió a mirar a las joven al rostro, era su novia, entonces dio un grito de impotencia, y dijo su nombre casi en un susurro ya que no le quedaban fuerzas para nada. La joven se acerco al hombre y se arrodillo frente a él, le libero las ataduras y mientras le daba un profundo beso le hinco un cuchillo de cocina en la yugular, y se le escapo en el ultimo susurro un te quiero mientras una lagrima recorría su rostro y caía en el charco de sangre que se había formado en el suelo mientras veía entre sus brazos al hombre que una vez había amado.
Carretera A La Nada
Por aquella silenciosa carretera secundaria, iluminada, únicamente, por la luna que aquella noche estaba especialmente brillante. Predominaba un silencio únicamente roto por el sonido de unos pasos que retumbaban en la penumbra por el repique de aquellos tacones rojos carmín, esa joven que caminaba por el arcén con su bolso de mano rojo a juego con aquel vestido ceñido que identificaba que provenía de una fiesta donde su novio le había dejado tirada e intentaba que alguien le parara para que le acercara a la ciudad. De repente en mitad de la nada un coche apareció, era un coche muy viejo de un color granate muy sucio y rayado, el conductor era un hombre de mediana edad que llevaba puestas una gorra y unas gafas de sol lo cual a la muchacha le hizo desconfiar pero su barba bien arreglada y sus ropa perfectamente limpia, una camisa de cuadros y unos pantalones de pana le devolvieron la confianza.
La joven se monto en el asiento trasero y el conductor arranco sin mediar palabra en dirección de la ciudad, la joven sintió miedo por la forma de conducir de aquel señor pero cuando a lo lejos vio la ciudad se sintió aliviada.
En el momento que entraron al polígono industrial el conductor cambio el rumbo y se metió entre las fabricas hasta llegar a un descampado rodeado de fabricas donde el conductor se bajo del vehículo y acciono el botón de cerrado de emergencia de las puertas del coche por lo que solo se podría abrir de fuera o de dentro con el mando del coche. La joven se puso histerica y comenzó a golpear la ventanilla, entonces el desconocido se subió al automóvil y le propino un tremendo golpe en la espalda a la joven que le dejo semi-inconsciente. La joven inmóvil sintió como el aliento de aquel extraño hombre recorría sus senos y como aquel señor comenzaba a penetrarla de repente y dolorosamente.
La joven chillaba de dolor mientras aquel ser ni se inmutaba al ver como la dulce cara de la veinteañera era recorrida por un rio de lagrimas, mientras veía el rostro del barbudo con los ojos que conseguía ver a trabes de las gafas en blanco por el placer que ella desearía estar sintiendo pero que no era asi.
Entonces la chiquilla sintió como una liquido caliente recorría su interior y vio como de su vagina emanaba un liquido blanco, entonces lo comprendió todo.
Tras esto el extraño se vistió de nuevo, tiro a la joven fuera del coche y con un sonoro aceleron se alejo de allí a toda velocidad.
Mientras, la joven se quedo allí tirada en el suelo de arena, entre una nuve de polvo con los ojos en blanco e intentando taparse la vagina con la mano con todas sus ropas abiertas y rasgadas y cubierta de semen por la violación que acababa de sufrir, con un solo sabor en la voca, el del alcohol que había ingerido en la fiesta que le había hecho subir a aquel coche pese a su desconfianza y el cual con el olor a semen le izo vomitar quedando inmóvil en un charco de bilis con su cuerpo magullado esperando que alguien encontrara su cuerpo semidesnudo e inconsciente a tiempo para salvarle la vida.
La joven se monto en el asiento trasero y el conductor arranco sin mediar palabra en dirección de la ciudad, la joven sintió miedo por la forma de conducir de aquel señor pero cuando a lo lejos vio la ciudad se sintió aliviada.
En el momento que entraron al polígono industrial el conductor cambio el rumbo y se metió entre las fabricas hasta llegar a un descampado rodeado de fabricas donde el conductor se bajo del vehículo y acciono el botón de cerrado de emergencia de las puertas del coche por lo que solo se podría abrir de fuera o de dentro con el mando del coche. La joven se puso histerica y comenzó a golpear la ventanilla, entonces el desconocido se subió al automóvil y le propino un tremendo golpe en la espalda a la joven que le dejo semi-inconsciente. La joven inmóvil sintió como el aliento de aquel extraño hombre recorría sus senos y como aquel señor comenzaba a penetrarla de repente y dolorosamente.
La joven chillaba de dolor mientras aquel ser ni se inmutaba al ver como la dulce cara de la veinteañera era recorrida por un rio de lagrimas, mientras veía el rostro del barbudo con los ojos que conseguía ver a trabes de las gafas en blanco por el placer que ella desearía estar sintiendo pero que no era asi.
Entonces la chiquilla sintió como una liquido caliente recorría su interior y vio como de su vagina emanaba un liquido blanco, entonces lo comprendió todo.
Tras esto el extraño se vistió de nuevo, tiro a la joven fuera del coche y con un sonoro aceleron se alejo de allí a toda velocidad.
Mientras, la joven se quedo allí tirada en el suelo de arena, entre una nuve de polvo con los ojos en blanco e intentando taparse la vagina con la mano con todas sus ropas abiertas y rasgadas y cubierta de semen por la violación que acababa de sufrir, con un solo sabor en la voca, el del alcohol que había ingerido en la fiesta que le había hecho subir a aquel coche pese a su desconfianza y el cual con el olor a semen le izo vomitar quedando inmóvil en un charco de bilis con su cuerpo magullado esperando que alguien encontrara su cuerpo semidesnudo e inconsciente a tiempo para salvarle la vida.
Turbantes En La Noche
El mazo golpeo la madera poniendo fin a aquel eterno e injusto juicio, los dos guardias agarraron al joven árabe de ropas sucias y desaliñadas para llevarlo a prisión por nombrarlo terrorista pese a la inocencia de este, como había reiterado en numerosas ocasiones. Mientras lo arrastraban por la sala encadenado como a un animal salvaje vio como un anciano con turbante y con la cara cubierta por una barba enmarañada mirándole fijamente a los ojos con cara de odio y resquemor. Era el mismo hombre de la parada del tren aquella fatídica noche.
Le encerraron en una estrecha celda gris con las paredes de ladrillo y una ventana y puerta de rejas como si de un animal en el zoológico se tratara, allí se tumbo en la litera baja que era una tabla en la pared atada con cadenas y comenzó a pensar en todo lo ocurrido aquellos últimos días.
Recordó como volviendo con su compañero a casa desde la obra una noche como era rutina sintió extrañeza al ver un grupo de compatriotas suyos que con nerviosismo observaban sus equipajes y relojes con mucho nerviosismo ya que el tren iba con retraso, de repente paro en aquella parada oscura y sombría en la que aquel extraño grupo salió corriendo casi tirándole a un lado y el también bajo ya que su casa estaba a unos pocos cientos de metros, dejando allí a su amigo y compañero, rodeado de transeúntes solitarios , hasta la próxima parada en la que bajaría. De repente el tren se puso en movimiento y cuando aún estaba a la vista se convirtió en una bola de fuego con un gran estruendo. Los árabes que estaban allí de pie miraban al tren con cara de satisfacción hasta que se percataron de que el joven les observaba y comenzaron a correr tras él a lo largo de la vía del tren hasta las proximidades del suceso donde comenzaron a escucharse sirenas de policía y todos comenzaron a huir, incluido el perseguido por miedo a que lo involucraran, hasta que delante suyo, volando, se poso un trazo semi en llamas del turbante que su amigo llevaba aquella noche, lo cual le supuso un shock y se desmallo allí mismo.
Al despertar se encontraba tumbado en una celda similar a esta pero bajo la comisaría del barrio.
Un estruendo de hierros le saco de sus pensamientos, el agente de la comisaria abria la celda y trajo a otro preso de raza negra a su misma celda, el africano se quedo en pie, mirandole con ojos tristes y tras un rato se acerco a la ventana. Entonces un proyectil atravesó la estancia y golpeo en el suelo, su nuevo compañero cayó al suelo, con un trozo de cráneo seccionado y el mozo miro el cadáver desesperado, no cabía duda, venían a por él y no iban a parar hasta asesinarlo para que jamás pudiera confesar.
Pasaron los días y la celda olía mal porque los guardias tras retirar el cadáver habían dejado todo ensangrentado y sin limpiarlo, el joven día tras día se ensimismaba en sus pensamientos como en aquel momento le había ocurrido. Una sirena rompió su sosiego y el reconoció aquel sonido, era la sirena que dia tras dia temia, ya que era la hora de salir al patio, donde era más vulnerable, se escondió en un callejón y espero a que esa hora terminara rápido.
Tras ese tiempo volvió a su celda conducido por los mismos agentes que le habían detenido injustamente.
Al llegar a aquella sucia celda vio algo que le sorprendió, un nuevo inquilino se había adueñado de su litera y los guardias solo dijeron:
Este es tu nuevo compañero, es árabe como tu.
El muchacho vio algo en sus ojos que le hizo desconfiar y en cuanto los funcionarios cerraron y se marcharon el desconocido comenzó a hablar en el idioma natal de ambos, rezando salmos del santo Corán y concluyendo con la frase “tu nos descubriste, debes morir” y entonando un salmo de plegaria por la propia alma a Alá destapo su turbante, sobre su cabeza había una bomba con un temporizador que marcaba 9 segundos y descendia. El muchacho se arrodillo y dijo:
Si lo quiere Alá que así sea – y agacho la cabeza esperando su trágico final.
De repente un estruendo invadió la cárcel seguido de una nube de polvo y cascotes, habiéndose destruido toda ese ala de la penitenciaria y dejando el secreto sellado para siempre, mientras misteriosamente un trozo de turbante similar al de la fatidica noche que todo comenzo volaba entre los atonitos observadores.
Le encerraron en una estrecha celda gris con las paredes de ladrillo y una ventana y puerta de rejas como si de un animal en el zoológico se tratara, allí se tumbo en la litera baja que era una tabla en la pared atada con cadenas y comenzó a pensar en todo lo ocurrido aquellos últimos días.
Recordó como volviendo con su compañero a casa desde la obra una noche como era rutina sintió extrañeza al ver un grupo de compatriotas suyos que con nerviosismo observaban sus equipajes y relojes con mucho nerviosismo ya que el tren iba con retraso, de repente paro en aquella parada oscura y sombría en la que aquel extraño grupo salió corriendo casi tirándole a un lado y el también bajo ya que su casa estaba a unos pocos cientos de metros, dejando allí a su amigo y compañero, rodeado de transeúntes solitarios , hasta la próxima parada en la que bajaría. De repente el tren se puso en movimiento y cuando aún estaba a la vista se convirtió en una bola de fuego con un gran estruendo. Los árabes que estaban allí de pie miraban al tren con cara de satisfacción hasta que se percataron de que el joven les observaba y comenzaron a correr tras él a lo largo de la vía del tren hasta las proximidades del suceso donde comenzaron a escucharse sirenas de policía y todos comenzaron a huir, incluido el perseguido por miedo a que lo involucraran, hasta que delante suyo, volando, se poso un trazo semi en llamas del turbante que su amigo llevaba aquella noche, lo cual le supuso un shock y se desmallo allí mismo.
Al despertar se encontraba tumbado en una celda similar a esta pero bajo la comisaría del barrio.
Un estruendo de hierros le saco de sus pensamientos, el agente de la comisaria abria la celda y trajo a otro preso de raza negra a su misma celda, el africano se quedo en pie, mirandole con ojos tristes y tras un rato se acerco a la ventana. Entonces un proyectil atravesó la estancia y golpeo en el suelo, su nuevo compañero cayó al suelo, con un trozo de cráneo seccionado y el mozo miro el cadáver desesperado, no cabía duda, venían a por él y no iban a parar hasta asesinarlo para que jamás pudiera confesar.
Pasaron los días y la celda olía mal porque los guardias tras retirar el cadáver habían dejado todo ensangrentado y sin limpiarlo, el joven día tras día se ensimismaba en sus pensamientos como en aquel momento le había ocurrido. Una sirena rompió su sosiego y el reconoció aquel sonido, era la sirena que dia tras dia temia, ya que era la hora de salir al patio, donde era más vulnerable, se escondió en un callejón y espero a que esa hora terminara rápido.
Tras ese tiempo volvió a su celda conducido por los mismos agentes que le habían detenido injustamente.
Al llegar a aquella sucia celda vio algo que le sorprendió, un nuevo inquilino se había adueñado de su litera y los guardias solo dijeron:
Este es tu nuevo compañero, es árabe como tu.
El muchacho vio algo en sus ojos que le hizo desconfiar y en cuanto los funcionarios cerraron y se marcharon el desconocido comenzó a hablar en el idioma natal de ambos, rezando salmos del santo Corán y concluyendo con la frase “tu nos descubriste, debes morir” y entonando un salmo de plegaria por la propia alma a Alá destapo su turbante, sobre su cabeza había una bomba con un temporizador que marcaba 9 segundos y descendia. El muchacho se arrodillo y dijo:
Si lo quiere Alá que así sea – y agacho la cabeza esperando su trágico final.
De repente un estruendo invadió la cárcel seguido de una nube de polvo y cascotes, habiéndose destruido toda ese ala de la penitenciaria y dejando el secreto sellado para siempre, mientras misteriosamente un trozo de turbante similar al de la fatidica noche que todo comenzo volaba entre los atonitos observadores.
Efectos Secundarios
En aquel frio banco metálico pese al calor ambiental, junto a aquellos bloques de pisos antiguos, se encontraba allí sentado un adolescente muy arreglado. Con su pelo engominado que junto a la camisa que llevaba ponían de manifiesto su buen vestir con el contraste moderno de sus vaqueros desaliñados y sus converse.
Estaba atardeciendo y el cielo tenía un color anaranjado salpicado por nubes dispersas que daban un toque mágico al ambiente, junto con aquel calor de verano propio del mes de julio. El joven seguía allí ensimismado en sus pensamientos con la única distracción de ojear la hora en su reloj de vez en cuando, ya que estaba esperando a sus amigos con los que había quedado diez minutos más tarde.
De repente un sonido corto la música de la radio que salía de la ventana de uno de aquellos pisos, ese sonido señalizaba las nueve de la noche, justo entonces sus dos jóvenes amigos aparecieron calle arriba sin que este se percatara de su presencia. Los dos muchachos se acercaron, mientras uno estaba zarceando con su MP3, el otro, un joven alto y fornido para su edad miro hacia el banco y al acercarse hizo un gesto de saludo que hizo reaccionar la distraída mente del chaval. Los tres adolescentes siguieron su camino calle abajo.
Tras unos minutos, los tres llegaron a un parque con un estanque que por su tamaño bien parecía un lago, allí había una pandilla de congéneres suyos con los que se sentaron a charlar y a beber. Fue entonces cuando el mozo se percato de la presencia de aquella chica en la que no paraba de pensar, era una joven de cabello rubio rizado que le descendía serpenteante por los hombros y el pecho dando un brillo especial a aquellos ojos café y aquella piel latina. El corazón de nuestro adolescente comenzó a latir cada vez más fuerte, y noto como el sudor comenzaba a recorrer todo su cuerpo.
Entonces arrebato a su amigo la botella de vodka que acababan de sacar de una de aquellas botellas, se tumbo en la hierba, y sintió como aquel liquido quemaba en su pecho, pero a la vez calmaba sus agitados sentimientos.
Allí pasaron un largo rato de aquella noche clara, en la que las estrellas brillaban fuertemente ya que no se divisaba ni una sola nube en el cielo, charlando y bebiendo amenamente. Al dar la iglesia las 12 repicando sus campanas todos decidieron ir a la discoteca del pueblo, que aquellos días debido a las vacaciones estaba vacía.
Cuando llegaron, no se vieron sorprendidos por el espacio, ya que había como se esperaban un par de jóvenes y los empleados que charlaban por la falta de clientela. Entonces todos comenzaron a bailar. Nuestro joven se dirigió al baño donde saco aquella bolsa blanca que tantos días le había acompañado. Al entrar al baño comprobó que estaba oscuro pero con impoluta limpieza, entonces saco su DNI e hizo una línea con aquella droga, la observo por un instante mientras guardaba el DNI aun manchado de aquel polvillo. Entonces el joven acerco la nariz con un billete enrollado al mármol del lavabo e inhalo toda la cocaína que había preparado.
Al salir del lavabo sintió como un hilillo de sangre caía por su nariz por lo que saco un clínex y se la retiro cuidadosamente para que nadie le viera. Con la euforia causada por la mezcla del alcohol y las drogas que había tomado aquella noche, se quito la vergüenza y se acerco a la joven en la que llevaba tanto tiempo pensando. Entonces le beso susurrándole al oído:
—Siempre te ame. — y se desplomo sintiendo un gran golpe en su cabeza.
Lo siguiente que sintió fueron unas gotas de líquido frio que cayeron en su rostro y una voz que sollozando le decía:
—Por favor despierta, te necesito junto a mí. — Reconoció aquella voz aunque no lo podía creer.
Intento levantarse pero no podía, su cuerpo no le respondía. Al fin consiguió reaccionar y abrir sus ojos, se incorporo y miro a los ojos a la joven. Entonces recordó todo lo que había pasado, y al girar la vista vio a sus dos amigos sentados en un banco a lo lejos y vio como una mueca de felicidad recorrió sus caras al ver su mejora.
Sofía le abrazo y le conto que ellos dos le habían ayudado a traerlo y a reanimarlo en el parque con el que anteriormente se habían encontrado.
Un escalofrió recorrió todo su cuerpo sudoroso, lo cual le ayudo a terminar de reaccionar. Entonces se levanto saco la bolsita de su cartera y se acerco al estanque, abrió la bolsita y vacio los restos blancos sobre el agua tras lo que dejo caer también la bolsa.
Cuando volvió al lado de la joven se tumbo en el suelo, la arrastro encima de él y allí la beso apasionadamente, así comenzó su historia de amor.
Lagrimas De Sangre
Toc, toc, toc… Unos pasos retumbaban en la penumbra del corredor mientras yo en mi piso, frente a la puerta, pasaba el tiempo invisible… Hoy les contare mi historia, pero antes déjenme presentarme, soy Ana, una joven con la vida truncada, llevo ya 5 años huyendo de centro en centro… huyendo de mi ex novio. Mi historia comienza hace 6 años, en 2008, por aquel entonces conocí a Jorge. Al principio todo era genial, me trataba como a una princesa y siempre me repetía que se había enamorado de mi mirada… la misma mirada que me robo, hoy mis ojos están teñidos en rojo sangre, sangre que los inunda en su interior…
En aquel tiempo todo era felicidad e ilusiones, tanto que a los dos meses compramos este piso y mi vida fue tranquila… pero 6 meses después fue donde empezó todo, una discusión cotidiana, un golpe, una caída, cuando desperté tenía la cara dolorida y seguía en el suelo y restos de sangre en la boca. Tras esto, el cual creí puntual e intente disimular nuestra vida normal continuo su curso, pero al poco tiempo esto se volvió a repetir hasta que se convirtió en un hecho cotidiano… y en mi mente solo una imagen, su sonrisa al disculparse, cegada por la Ítaca de que los días dulces volverían… sueño que no hacía más que clavar mas la espina en mi piel, espinas como las de las rosas que me traía a modo de disculpa clavándose en mi piel. El día que al fin abrí los ojos, irónicamente el mismo que los perdí, el llego a casa mientras yo preparaba mi huida, había estado bebiendo y mi marcha le enfureció, golpes y más golpes en mi rostro, una caída, un golpe contra algo, y más golpes…
Hoy, tras 5 años de centro a centro huyendo de él que intenta recuperar mi amor, aquí me encuentro, dispuesta a terminar con mi sufrimiento en el mismo sitio donde empezó, en la misma silla en la que en otro tiempo tapaba mis heridas…
Unas llaves, un sonido de cerradura, un sonido metálico y un chirrío me informaron de su llegada, justo en el mismo momento en que mis manos, casi mecánicamente apretaron aquel gatillo con gran estruendo, después de eso solo he oído un cuerpo desplomarse, un ruido gratificante en mi oscura mente, unida a una fuerte alegría, esta historia, que de una vibrante tragicomedia griega podría haber formado parte al fin tenía su final.
Yo ya he acabado lo que tenía que hacer aquí así que me levanto y me marcho, dejando caer tras de mí a ciegas un objeto señal de dolor en aquel piso, tierra de nadie, y desaparecí en la penumbra lentamente mientras esa rosa en el sueño iba regándose con sangre… sangre que servía de señal del inicio del resto de mi vida.
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