En aquel frio banco metálico pese al calor ambiental, junto a aquellos bloques de pisos antiguos, se encontraba allí sentado un adolescente muy arreglado. Con su pelo engominado que junto a la camisa que llevaba ponían de manifiesto su buen vestir con el contraste moderno de sus vaqueros desaliñados y sus converse.
Estaba atardeciendo y el cielo tenía un color anaranjado salpicado por nubes dispersas que daban un toque mágico al ambiente, junto con aquel calor de verano propio del mes de julio. El joven seguía allí ensimismado en sus pensamientos con la única distracción de ojear la hora en su reloj de vez en cuando, ya que estaba esperando a sus amigos con los que había quedado diez minutos más tarde.
De repente un sonido corto la música de la radio que salía de la ventana de uno de aquellos pisos, ese sonido señalizaba las nueve de la noche, justo entonces sus dos jóvenes amigos aparecieron calle arriba sin que este se percatara de su presencia. Los dos muchachos se acercaron, mientras uno estaba zarceando con su MP3, el otro, un joven alto y fornido para su edad miro hacia el banco y al acercarse hizo un gesto de saludo que hizo reaccionar la distraída mente del chaval. Los tres adolescentes siguieron su camino calle abajo.
Tras unos minutos, los tres llegaron a un parque con un estanque que por su tamaño bien parecía un lago, allí había una pandilla de congéneres suyos con los que se sentaron a charlar y a beber. Fue entonces cuando el mozo se percato de la presencia de aquella chica en la que no paraba de pensar, era una joven de cabello rubio rizado que le descendía serpenteante por los hombros y el pecho dando un brillo especial a aquellos ojos café y aquella piel latina. El corazón de nuestro adolescente comenzó a latir cada vez más fuerte, y noto como el sudor comenzaba a recorrer todo su cuerpo.
Entonces arrebato a su amigo la botella de vodka que acababan de sacar de una de aquellas botellas, se tumbo en la hierba, y sintió como aquel liquido quemaba en su pecho, pero a la vez calmaba sus agitados sentimientos.
Allí pasaron un largo rato de aquella noche clara, en la que las estrellas brillaban fuertemente ya que no se divisaba ni una sola nube en el cielo, charlando y bebiendo amenamente. Al dar la iglesia las 12 repicando sus campanas todos decidieron ir a la discoteca del pueblo, que aquellos días debido a las vacaciones estaba vacía.
Cuando llegaron, no se vieron sorprendidos por el espacio, ya que había como se esperaban un par de jóvenes y los empleados que charlaban por la falta de clientela. Entonces todos comenzaron a bailar. Nuestro joven se dirigió al baño donde saco aquella bolsa blanca que tantos días le había acompañado. Al entrar al baño comprobó que estaba oscuro pero con impoluta limpieza, entonces saco su DNI e hizo una línea con aquella droga, la observo por un instante mientras guardaba el DNI aun manchado de aquel polvillo. Entonces el joven acerco la nariz con un billete enrollado al mármol del lavabo e inhalo toda la cocaína que había preparado.
Al salir del lavabo sintió como un hilillo de sangre caía por su nariz por lo que saco un clínex y se la retiro cuidadosamente para que nadie le viera. Con la euforia causada por la mezcla del alcohol y las drogas que había tomado aquella noche, se quito la vergüenza y se acerco a la joven en la que llevaba tanto tiempo pensando. Entonces le beso susurrándole al oído:
—Siempre te ame. — y se desplomo sintiendo un gran golpe en su cabeza.
Lo siguiente que sintió fueron unas gotas de líquido frio que cayeron en su rostro y una voz que sollozando le decía:
—Por favor despierta, te necesito junto a mí. — Reconoció aquella voz aunque no lo podía creer.
Intento levantarse pero no podía, su cuerpo no le respondía. Al fin consiguió reaccionar y abrir sus ojos, se incorporo y miro a los ojos a la joven. Entonces recordó todo lo que había pasado, y al girar la vista vio a sus dos amigos sentados en un banco a lo lejos y vio como una mueca de felicidad recorrió sus caras al ver su mejora.
Sofía le abrazo y le conto que ellos dos le habían ayudado a traerlo y a reanimarlo en el parque con el que anteriormente se habían encontrado.
Un escalofrió recorrió todo su cuerpo sudoroso, lo cual le ayudo a terminar de reaccionar. Entonces se levanto saco la bolsita de su cartera y se acerco al estanque, abrió la bolsita y vacio los restos blancos sobre el agua tras lo que dejo caer también la bolsa.
Cuando volvió al lado de la joven se tumbo en el suelo, la arrastro encima de él y allí la beso apasionadamente, así comenzó su historia de amor.
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